Cada vez se hace más común relacionar la soltería como algo negativo, y sobre todo en la vida de una mujer: “La etapa triste de la vida”. Un infierno, lleno de tristeza y soledad. Tengo 25 años de soltera, y sé que muchas se identificarán conmigo, en que recibimos presión social por todas partes: en la familia, iglesia, trabajo, y amigos. Todas en algún momento, hemos oído frases como: “Te va a dejar el tren”,.. “tan bonita y tan sola”,“¿Todavía sigue sola?”. Yo también fui víctima de este tipo de comentarios, y debo confesar que por mucho tiempo, los creí.
Debo decir que por poco y se me va la vida, centrando mis pensamientos, acciones y actitudes, en ir tras de ese hombre, que traería “compañía” a la eterna soledad de mi vida. Aún recuerdo horas y horas llorando por amores no correspondidos. Porque duele, pero duele mucho más, cuando el deseo de tu corazón es que sea correspondido para dar fin a tu vida solitaria, al “Forever Alone”, al “porque ella sí, y yo no”, al “¿qué tiene ella que no tenga yo?”, o peor aún, “¿qué tiene ella que a mí me falte?”.
Y qué decir de todos los casos de amigas que escuché darlo todo por ese chico, que a pesar de que era un “mal hombre, sin nombre”, ellas hacían cualquier cosa con tal de que él no las dejara. Con tal de no quedar solas.
No sé por qué razón hemos creído que ser solteras y estar solas, es lo mismo. ¡Estoy soltera! Pero eso no quiere decir que estoy SOLA. A lo largo de mi vida, he aprendido que la soltería es una etapa de nuestras vidas, una con la cual a veces quisiéramos divorciarnos para casarnos, ¡lo que hemos considerado como la meta de la vida! Pero lo cierto es que lo queramos o no, es una etapa que debemos vivir.
Me encanta que el apóstol Pablo, haya dado tanto honor a la soltería. Leer Romanos 7 nos hace darnos cuenta de que ella,- la soltería-, tiene beneficios y propósitos eternos. No es la eterna espera del matrimonio, o la etapa para estar cruzadas de brazos sin hacer nada. De hecho, visto como el apóstol Pablo lo ve, es el momento oportuno para servir al Señor con todas tus energías, sin reservas.
Es también el tiempo para prepararnos, no para el matrimonio. Porque ¿qué tal si tienes el don de la soltería, y no eres soltera por ahora, sino soltera para siempre? ¿Vivirás amargada e infeliz, creyendo que te preparaste en vano para ese príncipe azul que nunca apareció? Así que no, no es la etapa de preparación al matrimonio. La soltería es una etapa de preparación y madurez, un estado que Dios diseñó para que pasemos más tiempo con Él, para que nuestro carácter se haga más semejante al Suyo. Y no es que las que están casadas, no tengan que pensar en ello, solo que como Pablo lo expresa, ahora deben centrar sus vidas no solo en servir a Dios, sino también en servir a su esposo.
Y aún sabiendo lo anterior, hemos vivido nuestra soltería dividiendo nuestro amor en busca de algo más que amar al Señor. Hemos creído que esto de ser ayuda idónea es nuestro propósito principal, o el todo de nuestras vidas. Pero me encanta recordar lo que dice Génesis 1:27, fuimos hechas a imagen y semejanza de Dios. Así que, antes de ser creadas para cumplir un rol,-el de ayudadoras-, fuimos creadas para vivir en Dios, y nuestras vidas no estarán satisfechas hasta que no nos hallemos primero en Él. Por lo tanto, prepárate, sí, o mejor dicho déjate preparar, por ese novio perfecto que está disponiendo para sí a una novia sin mancha, santa, sin arruga, ¡perfecta para él!
Sola no, ¡solteras! Relacionar la soltería con soledad (ese sentimiento lleno de depresión, tristeza, carencia o falta de algo) es ignorar que el Señor ha prometido su compañía, esa que hemos recibido solo por gracia. ¡Solo Él basta! Es ignorar que Él también nos ha hecho parte de un cuerpo con muchos miembros, no vidas solitarias, sino parte de su Iglesia, su Pueblo, su Novia, rodeadas de amigos, y más que amigos, hermanos, para ayudarnos y edificarnos en la misión de ser más cómo Cristo, de llegar a esa estatura del varón perfecto.
Así que no es el tiempo para estar lamentándonos, es una fortuna gozar del hecho que sólo Cristo te satisface sin importar la etapa en la que te encuentres, Él sigue siendo nuestra porción para siempre. Solteras, o casadas, que nuestros corazones sean del Señor. Nada ni nadie – en forma de cosa o persona- puede llenar el vacío de nuestros corazones, ni un esposo, ni un hijo, ni una carrera universitaria,… nuestro vacío tiene forma de cruz, porque solo en Cristo, solo al estar unidas a Él, estamos completamente completas para siempre (Colosenses 2:10).
Artículo escrito por Dazuly // Redacción Purex en Español
Sabes es muy bueno como logras trasmitir el mensaje de la soltería, o mejorr dicho, cómo aprender a entender la Soltería desde una perspectiva Bíblica y no humana… Y aún más en el caso de las mujeres que son un poco por no decir muy atropelladas… mira que cuando refieres Gen 1:27… Dejando en segundo Plano el ser ayuda idónea, y en primero, Ser de Dios, pertenecer en El… Esto es un excelente mensaje.
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