“Aprende el arte de la paciencia. Aplica disciplina a tus pensamientos cuando se vuelven ansiosos en cuanto a alcanzar una meta. La impaciencia alimenta la ansiedad, el miedo, el desánimo y el fracaso. La paciencia crea confianza, decisiones y una perspectiva racional, que finalmente conduce al éxito.” – Cit. Brian Adams
Es exactamente así, la paciencia es un arte que cada uno de nosotros necesita aprender a lo largo de la vida, especialmente cuando se habla de relaciones. Cada persona que encontramos tiene una historia, un pasado que a menudo no conocemos y que de alguna manera ha tenido una influencia en su vida.
Durante el proceso de conocernos con alguien, es probable que nos enfrentemos a esto: en ocasiones tendremos frente a nosotros personas dispuestas a involucrarse y a dejarse moldear por las circunstancias o por la otra persona; en cambio otras veces nos encontraremos con personas que no están listas para este tipo de confrontación, en situaciones como estas entra en juego el arte de saber esperar.
No es fácil hoy, en una generación “microondas” saber esperar los tiempos del otro, porque esto requiere tiempo, constancia, compromiso y diría también que una buena dosis de fidelidad, porque se tiene la oportunidad de saber cuánto realmente le importan nuestra vida y nuestros sentimientos a la otra persona.
He aprendido que en la vida hay estaciones bien precisas, más o menos como las meteorológicas; lo decía también Honoré de Balzac: “La paciencia es lo que en el hombre más se asemeja al proceso que la naturaleza utiliza en sus creaciones”. Así como es imposible comer cerezas en diciembre, hay personas que cuando las conoces no podrán darte lo que quisieras en ese momento, no porque no quieran sino porque simplemente no es todavía su tiempo.
No le permitas a la impaciencia arruinar este maravilloso momento, más bien aprovecha para construir un puente entre tú y la otra persona: la confianza. La confianza es una oportunidad que no se construye por sí sola, sino que es un trabajo conjunto, requiere compromiso, perseverancia y es precisamente en ese período de transición que se establece. Para comer los mejores frutos se debe cultivar bien el terreno que se nos ha confiado y esto también se aplica de manera metafórica a cada relación.
Como dice Brian Adams en la cita del inicio: la paciencia crea confianza, decisiones y buenas perspectivas para el mañana; esto no significa que debamos esconder nuestra impaciencia que es innata en el ser humano, sino más bien es una motivación para disciplinarnos en la espera. La paciencia, a veces agotadora, es la búsqueda de lo que nos une en comparación con lo que nos divide.
Un dicho famoso dice: “Aprende el arte y déjalo aparte”. Aprende a esperar los tiempos y las estaciones y conserva esta virtud para ver la madurez de un sentimiento y no su evaporación.
Artículo escrito por Francesca // Redacción Purex
Traducido por Jazmín // Purex en Español