¿Cuándo fue la última vez que pasaste una noche entera en vela con tal de terminarte una serie de televisión? O, ¿cuál es la última serie de Netflix que has visto? ¿Ya conoces las posiciones más cómodas para colocar el celular o el computador? Vamos, digámonos la verdad, lo hemos hecho todos. Sobre todo, en este último año, que las películas y series de televisión han sido nuestra compañía, nuestra manera de evadir la realidad, a menudo poco agradable. Creo que todos han notado que cada episodio está caracterizado por un final incompleto, creando suspenso en el espectador, el cual, de manera casi automática, carga el episodio sucesivo y así hasta terminar toda la temporada en una noche. ¿Y ahora? ¿Qué será de tu vida? ¡Ayuda! ¿Sientes ya ese profundo e inmenso vacío cósmico que experimentas cuando una serie de televisión se acaba? ¿Extrañas ya a ese personaje al cual te habías encariñado tanto?
Seamos sinceros, nos hemos enamorado de Chuck y Blaire (Gossip girl) o de Ross y Rachel (Friends). Por no hablar de los protagonistas de “The Notebook”, Noah y Ellie, que nos han tenido con la respiración suspendida hasta el final de la película. Basta pensar que todavía, después de 23 años de su salida, hay todavía quienes se preguntan si Rose, en Titanic, no fue demasiado egoísta y provocó de algún modo la muerte del pobre Jack.
Dejando los chistes a un lado, a menudo no nos damos cuenta de que pasamos tanto tiempo detrás de una serie o una película, que dejamos de vivir nuestra vida, la vida real, por soñar con algo que es “de película”. Los personajes que vemos son siempre tan perfectos, logran siempre resolver todo de alguna manera, los protagonistas logran siempre reconciliarse a pesar de los mil incidentes. En esas películas todo se ve tan lógico, fácil, romántico. ¡Ojalá tu vida fuera así! Pero mientras piensas eso, estás olvidando que la historia más hermosa e importante que tú puedas ver, leer o vivir, es precisamente la tuya. “¡Ah, pero es que tú no conoces mi vida, es un verdadero desastre!”. ¡Perfecto! Haz tu mejor esfuerzo por convertir tu vida en la mejor obra de arte y no ser esclavo de tu propia vida. Está muy bien ver una película o tu serie favorita, pero recuerda que si Chuck (Gossip girl) fuera un personaje real y tu fueras su novia (cosa que lamentablemente han soñado tantas) habrías sido cambiada por un hotel y vendida al tío Bass como mercancía de contrabando. Ahora bien, está bien soñar, pero decide hacerlo bien. Mira a tu alrededor, en la vida real, y mira las parejas que realmente, a pesar de los tropiezos en su camino, no han optado por la toxicidad o no se han movido en total manipulación. Parejas que han sido constantes y que no han usado excusas para darse por vencidos y se han recuperado determinadamente.
Recuerda: “la manipulación psicológica es un tipo de influencia emotiva que tiene el objetivo de cambiar la percepción de otros usando métodos ilusorios”: Esto es exactamente el emblema de lo que sucede entre Chuck y Blaire. Amigos y amigas, no me odien si hoy me he enfocado en estos dos personajes, pero creo que son los más explicativos para llegar al punto de este discurso. Hoy hacemos una polémica absurda sobre el beso de Blancanieves y sobre su consensualidad en su acercamiento al príncipe, para idolatrar historias de amor como las mencionadas ya, solo porque nos dejamos llevar por el tormento y los amores inciertos, que luego por complacer a los espectadores, se vuelven ciertos a la fuerza. Creemos en el “vivieron felices por siempre”, no obstante, la pareja representada no tenga ni siquiera el presupuesto para sobrevivir dos meses. Nos dejamos envolver del “me importas mucho, pero no estoy listo para algo serio” porque esperamos un final positivo en un futuro cercano, y mientras tanto seguimos agarrados a quién sabe qué esperanza o intento de cambio. Los días pasan y ponemos en marcha estrategias de ciencia ficción. Es común el estereotipo (visto muchas veces en la vida cotidiana) de la chica que se convierte en la cruz Roja del chico que le gusta, porque si cambió Ezra con la dulce Aria en Pretty Little Liars, no entiende por qué a ella no le puede pasar lo mismo; no importa que Ezra fuera un acosador. Otro estereotipo comúnmente visto es el chico que decide hacerse el misterioso porque sabe que así llamará la atención de la chica más popular de la escuela y porque sabe que es precisamente esto lo que le sucedió a Dan en la conquista de Serena Van der Woodsen (Gossip Girl).
Por favor vive tu vida y no busques imitar a nadie, sobre todo porque, en el último ejemplo, más que misterioso, en la vida real podrías resultar antipático o incluso asocial, y tu círculo de amigos no debe tener las características de los personajes de Netflix necesariamente. No transformemos el mundo en un gran programa de televisión en el cual cada uno recita la parte que mejor le parece. Tal vez no nos creerás, pero el mundo necesita de la Verdad, la sinceridad y la espontaneidad; el mundo necesita de personas reales que tengan el coraje de equivocarse, que no se avergüencen de sus propias imperfecciones y que sepan tener una vida relacional sana.
Artículo escrito por Sara C // Redacción Purex
Traducido por Jazmín // Purex en Español
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